Los Alesandi (2000) [1964-1968]

Los Alesandi  (2000) [1964-1968]

LA HISTORIA DEL GRUPO MUSICAL LOS ALESANDI. Por Sergio de Cabo.              

Al día siguiente de mi llegada a Lugo (mi familia vivía, hacía un año, en el barrio de La Florida, en la calle de Ramón Montenegro, nº 16) me llevaron a una verbena, en Montirón. Galicia me pareció una tierra extraña. Bailé con unas amigas de mi hermana Rosi. A los pocos días, viajé con mi familia, a La Coruña; era la primera vez que veía el mar. En septiembre me apunté, como pianista, al Festival  “Micrófono de Oro”. Pero, cuando me tocaba pasar la primera prueba en el Salón Azul del Bar Monterrey, caí enfermo... La final se celebró al año siguiente, en julio de 1959, obteniendo el Primer Premio de instrumentistas, el pianista Manuel Núñez, con su “Invitación al vals” de Carl Webber. En ese mismo año, preparé la Reválida Elemental (al no convalidarme 5º Curso de bachiller realizado en el Colegio de Arcas Reales) en la Academia de don Claudino. Para poder tocar el piano del Hogar Juvenil me afilié a la Falange. Luego toqué en algunas casas, a petición de distinguidas familias, tales como las tías de mi amigo Eduardo (un joven culto y simpático) en casa de los Correa, los Rey Ordax, y en casa del canónigo don Antonio Moreno, que vivía en la calle San Pedro.

 
El 30 de mayo, día de San Fernando, di mi primer mini-recital en el Hogar Juvenil, con tan sólo dos obras adaptadas al piano: La napolitana “Funiculí  Funiculá”, de L. Denza y el “allegro” de la Pequeña Serenata Nocturna”, de W. A. Mozart. En la foto (realizada por el camarada Sixto, que fue presentador del festival) mi rostro estaba adusto, al oír voces en el salón (de esto, 50 años después… me dio cumplida fe un asistente al recital, A. G. G.  Gràcies).
 
En Navidades de ese año debuté, como pintor acuarelista, en un certamen de pintura, obteniendo el primer premio (dotado con 1.000 ptas) por un Chistmas (una Virgen María rubia, en la que me echó una mano mi hermana Ana, diabólica pintora como Carmina, Isa, Rosi y Tere).
 
En junio, aprobé la Reválida de 4º y durante el verano, estudié y me examiné de 5º curso; pero tuve que repetirlo, al suspender dos asignaturas (Matemáticas y Religión), cursando, por oficial, el citado curso en el Instituto Masculino. Al ver que mi profesor de matemáticas era un tal Sr. Olano (me había suspendido, tan sólo, por dos preguntas de Estadística, que don Claudino no dio importancia) me pasé, sin dudarlo, a Letras, con un pequeño grupo de sólo cinco alumnos (Lázaro, Cuadrado, Correa, Currás o Rábade y otro más, muy inteligente, cuyo apellido no logro recordar, pero tengo su imagen muy presente en mi memoria) para las asignaturas de Griego y Latín, impartidas, respectivamente, por los profesores Don Luis Quintela y Don Amable Veiga.
 
En el Instituto Masculino toqué el armonium en las obligadas misas del domingo. A primeros de los 60, debuté como decorador para el denominado Hogar del Estudiante (una sala anexa a la del Gimnasio), en cuya labor me auxilió Randulfe, un alumno de 6º curso. En la inauguración, leí mi viejo poema “Tú brillas más”, reducido a una sola estrofa que adapté al francés, en honor de la Sra. Teijeiro, profesora de francés; pero no me valió de mucho, pues en junio me suspendió el francés, cuyas palabras solía pronunciar al modo inglés. Hubo un festival, en el salón de actos, donde toqué algunas piezas ligeras, entre ellas la popular “Campanera”… del Maestro Monreal.
 
En octubre, el delegado provincial de Falange Española, D. Federico Bouza, ordenó afinar el piano (afinación que costó 2.000 pesetas) y después, lo trasladaron a la Delegación Provincial (en la antigua calle del Teatro), ubicándolo en una sala, al lado del taller de Aeromodelismo y la Sala de Guitarras, a cuyo cargo estaba Tino Prados. Me pidieron que diera clases de piano a “flechas” voluntarios. En el mismo piso estaba la oficina de la delegación, cuya secretaria era “Milucha”, excelente pianista, la cual me corrigió, amablemente, algunos aspectos técnicos, en cuanto a modular la dinámica del “legato”. Recordaré siempre lo bien que interpretaba el tango “Celos” (Jalousie), mi favorito, a pesar de sus cuidadas y largas uñas. Siempre la tengo en mi recuerdo… Gracias.
 
En julio de este mismo año, la Delegación Provincial me eligió para asistir a un cursillo de “Música Popular Española”, durante el mes de agosto en Madrid, calle de Azcona, impartido por el profesor José Perís Lacasa. De este buen músico, tan sólo supe (pues compartíamos mesa con él, dos alumnos sacerdotes y yo; uno de ellos, el Padre Arroyo que luego, sería confesor del célebre torero Manuel Benítez, “El Cordobés”) que era aragonés, vivía en Munich (Alemania) y que se iba a casar con su novia, una “Fräulein” alemana; esto se lo dijo irónicamente al cura cordobés: “Padre, este año me caso y vamos a pecar”. Más tarde, supimos que había sido Premio Extraordinario de Composición y premio Nacional Fin de Carrera en el Real Conservatorio Superior de Música de Madrid; que había estudiado, en Paris, Coral y Fuga con Nadia Boulanger; también, fue alumno de Darius Milhaud (en las disciplinas de polirritmia y politonalidad) y en Munich, de Carl Orff, siendo su alumno predilecto y el más original.
En esta foto, tomada de la web “Conservatorio Profesional de Música de Alcañiz”, vemos a José Perís Lacasa, junto a su amigo, D. Severo Ochoa. A Perís, lo recuerdo como un hombre culto, sencillo, simpático y liberal, cuya rica enseñanza está en mi memoria… El canon “¡Viva la Música!” de M. Praetorius, análisis de canciones populares españolas, por ejemplo, la gallega “Baila, nena”, en las que D. José Perís ponía siempre especial acento en el tema rítmico, tan esencial o más que el “melos” (idea que me vino bien para evolucionar en el piano). Al final del curso, nos dio un pequeño banderín azul. Años después, leí que desde 1962 ocupaba la cátedra de Armonía, Contrapunto y Fuga, en el Conservatorio Oscar Esplá, de Alicante. En 1986, hablé con él por teléfono, en su época de catedrático de música en la Universidad Autónoma de Madrid. El día 25 de diciembre de 2010, volví a llamarle. Fue muy gratificante para ambos: maestro y alumno.
 
Al regresar a Lugo, abandoné mi relación con la Delegación de Falange Española y preparé por libre, en mes y medio, el 6º curso de Bachiller y la Reválida Superior. Al año siguiente (1961), realicé por libre (al estar exento por mi edad del curso oficial) el PREU (que aprobé, aprendiendo de memoria un Lilliput Francés-Español de 5.000 vocablos) e Ingreso en Magisterio. En septiembre, me matriculé en el primer curso y en enero de 1962 dejé, sin previo aviso, la Escuela Normal, para estudiar Contabilidad con D. Claudino y Mecano-Taquigrafía en la academia de Dª Elvira (calle Calvo Sotelo), con vistas a preparar alguna oposición; pero, al final, me incliné por la música “pop”, al proponerme Pedro López Ares, Eliseo López Bamio y los hermanos Rey Ordax, formar el primer Conjunto Musical en Lugo. Pedrito se arrogó el papel de pianista (tenía, para ensayar, el piano de su hermana, instalado en el piso 2º izquierda, recién alquilado por su hermana, del nº 16 de Ramón Montenegro) y a mí me postergaron al papel de percusionista. No me pareció lógico, pero me adapté al “estatus”, comprándome unos bongós. Sin embargo, al final, me excluyeron. Lo acepté y ellos me lo agradecieron. Al poco tiempo, se disolvieron, lo que fue una lástima, porque eran muy buenos. Además, dos de ellos, los Rey Ordax sabían música, que les valió para acompañar a cantantes, algunos de nivel como el tanguista Carlos Acuña en su gira por Portugal, según posterior información.
 
Pese a su poco olfato musical conmigo, me llevé bien con ellos. Con Pedrito hablé de muchos temas. Estuve en su casa, donde vi una modesta, pero muy selecta colección discográfica. Igualmente con los hermanos Ordax, dando clases de latín, etc, a Katy y a Manolo. Recuerdo que tenían un precioso piano en color caoba. El 19 de marzo de 1962 hice la “mili” en Santiago y en Parga (Lugo). Entré en la banda del regimiento, como gaitero. En Santiago, al caer enfermo, fui organista en el Hospital San Cayetano. Licenciado en junio de 1963, vuelvo a Lugo. Alejandro Santín Díaz me pide que toque la clavieta en un festival benéfico celebrado en el sanatorio de Calde, actuando el mismo Santín como prestidigitador, junto con Fernando Quiñoá. Actuó también un tal Aira, cantando “Un tango italiano” y yo, por mi lado, toqué dos piezas: “Mambo 17-23”, de Mario Marini, y “Los Gitanos” (Les gitans), de Hubert Giraud.
 
Durante el verano, me dediqué a confeccionar un decorado para un grupo amateur de teatro, dirigido por mi vecino J.L. Mañoso (que me ayudó en el tema de la carpintería). Jóvenes actores y actrices (como la novia de un condiscípulo de Magisterio, mi hermano Carlos, las guapas forasteras Limón y Maribí, etc). Enseñé a “Elis” Bamio, en su casa, la armonía (aplicada a su guitarra) del vals “L’âme des poètes” (de Yves Montand) que, con “Samba da miña terra”, triunfó por votación clara de sus “fans” en un Certamen celebrado en Radio Lugo. En febrero de 1964 emigré a Francia, trabajando de ayudante de tornero en una fábrica de Huningue, en la Alsacia, y luego entré de ayudante de cocinero en el Restaurant de la Frontière, en St. Louis (Francia), tocando el piano por la noche. Regresé a Lugo y, en junio, me fui (a través del Instituto Español de Emigración) a Berna (Suiza), a trabajar en el Restaurant Mövenpick; pero el 1 de agosto, me “escapé”… ¡a España! por problema familiar, aparte de sentirme explotado. Durante mi viaje en el tren “Shangai” de Barcelona a La Coruña, me hurtaron una melódica que había comprado en la capital helvética ...
 

... Llegué a Lugo el 5 de agosto y al cabo de unos días, mi hermana Ana me dijo que fuera a Gráficas Bao para hablar con Alejandro Santín Díaz, creador de la “Agrupación Artístico-Deportiva Alesandi” (esta última palabra, formada por su nombre y apellidos). Me recibió en la tienda, comunicándome que tenía unos chicos en su casa, ensayando en plan conjunto y me pidió que les escuchara, por si se podía hacer algo con ellos. Al día siguiente, por la tarde, me presenté en el patio de la casa de Alejandro Santín, en la Avenida de La Coruña. Nada más llegar, vi a cuatro jóvenes del conjunto “Los Trimer”, nombre que hacía referencia a tres alumnos de Maestría Industrial de Lugo, a saber: José Manuel (“Moñoño”), guitarra española “punteo” o solista, Luis Couceiro (“Siso”), guitarra española de “bajos”, Miguel Soto Camacho (armónica) y Carlos Fernández (“Culís”), voz y guitarra rítmica, que se había agregado a los tres ya citados. Estaban tocando el tema “A Summer Place” (Lugar de verano), de Max Steiner.
 
Estos 4 jóvenes serían los primeros “Alesandi” (pero aún seguían como Agrupación Artística Alesandi). Las guitarras llevaban una pastilla magnética para amplificar el sonido acústico, mediante un cable flexible, cuyo “jack” (macho) se conectaba al “fono” de una radio. Tras escucharles tocar el tema principal, les adelanté que el acorde de Fa que ellos hacían en la guitarra no era tal, sino Rem7 y que les faltaba la mitad de la canción. Luego me retiré y subí con A. Santín a su domicilio, en el piso 1º, y le di mi primera buena impresión aceptando la petición del anfitrión para dirigirles musicalmente y sin ningún interés crematístico, siempre que se mejorase el instrumental. No hubo problema, pues él me dijo confidencialmente, mientras me enseñaba un álbum de fotos suyas, que disponía de “unas perras” que había obtenido como portero de fútbol en varios equipos, sobre todo en el Real Zaragoza, aparte el sueldo mensual que tenía en Gráficas Bao. Al día siguiente, Santín llamó a Casa Lluquet de Valencia, para adquirir el equipo de voces Optimus-120, dos columnas de altavoces, un micrófono Shure, una guitarra baja y una organeta Trovador, un simple teclado, cuyo sonido se transmitía por un fuelle eléctrico que introducía aire a través de unas lengüetas, similares a las de un acordeón. Para más detalle, a continuación figura el siguiente grabado. Su sonido era parecido al de una armónica. La palanca que figura debajo de la caja, se accionaba con la rodilla al objeto de darle más potencia sonora. Tenía cinco registros de sonido (poco efectivos). Fue el primer instrumento que llegó a la casa de Santín, quien ante la emoción de Miguel, le dio permiso para que se lo llevara a su casa, estrenándolo yo con “Leçon de Twist” (Lección de twist), mientras Rosita, su guapa hermana, lo acompañó con unos pasos de baile…
 
Parte del texto que figura debajo de esta imagen, dice: "Precio: 8.000 ptas. Organeta eléctrica Trovador (comprada a Lluquet – Valencia), donde “Pepe Beethoven” hacía sus arreglos musicales para el conjunto músico-vocal Los Alesandi”, etc.
En suma, nosotros no éramos “hijos de papá” y por lo tanto, no disponíamos de dinero para adquirir discos, ni tocadiscos.
 
Nuestro mecenas, aparte del desembolso que realizó (unas 60.000 ptas) también pagó cada una de las partituras (a unas 10 ptas unidad) que yo pedí a Editorial Música Moderna – Madrid.
 
De haber tenido discos, hubiéramos logrado un sonido más próximo al original, pero, bueno, hubiera resultado una copia. Al montar los números musicales, a base de mis arreglos y con lo que los demás componentes del conjunto iban aportando mediante memoria musical (cuanto habían escuchado en el pick-up de algún bar, generalmente en el juke-box del Monterrey o en Radio Meilán, en la Plaza de España), salieron unas “creaciones” un tanto atípicas, pero “originales”.
 
En la presente foto (coloreada), aparecen los primeros “Alesandi” (ya no estaban Miguel ni “Moñoño”) durante un ensayo, en el mes de noviembre de 1964 (esperando a Hortas y Juan) en la buhardilla de la casa de A. Santín.
De izquierda a derecha: Pepe “Beethoven”, director y después organista (tras reemplazar a Miguel, a propuesta del grupo) “Siso” (bajo), Antonio Iglesias Nécega o “Nec” que entró en el grupo, tras adquirir Santín una batería incompleta a Casa Lluquet, y “Culís” (guitarra rítmica) que fue el 2º en Lugo (el 1º Gerardo, del conjunto “Los Boomerang”) en elaborar una guitarra manual, en forma de un ancla, lacada en blanco. Recuerdo bien cómo le iba dando forma en la sala de Aeromodelismo, sita en la Delegación Provincial de Falange Española. La última noche de su acabado, “Schiaffino”, su jefe de taller, se “mosqueó” tanto, que le recriminó. “Culís” se acordó entonces de su… pero la sangre no llegó al río. Eran buenos amigos.
 
Aparte de “Los Trimer” (que solían actuar en la Escuela de Maestría Industrial) y Pepe “Beethoven”, el resto de los “Alesandi” venían de otras formaciones, como “Nec” (en la foto, el primero a la derecha) y José Ramón Osanz (el primero, a la izquierda), que entró en los Alesandi, en marzo 1965, en el puesto  de “Siso”. Los dos procedían del grupo (aquí en la foto) “Los Tunos”, coetáneo de “Los Trimer”, creado también en Maestría Industrial, en el mes de mayo 1964 (salvo uno de ellos, Pita, que estudiaba “Preu”). Tenían un aire a los “Shadows”. El resto de componentes (en el centro, de izquierda a derecha): José Mª López Pita y José Antonio Pérez.
 
Debo destacar en este grupo a Pepe Osanz (estudió guitarra con Tino Prados), por diseñar la plantilla para una de las guitarras; construida, luego, por un carpintero amigo de su padre en Cospeito, de donde procedían todos, excepto “Toño” (más conocido por “Nec”), nacido en Foz.
 
Ahora me toca hablar de José López Hortas y Juan José Sanfiz, que formaron el Dúo Junior’s. Pero antes, tengo que mencionar a Juan por haber formado un año antes, en 1963, el “Dúo Juan y Pepe”. Ambos actuaron en el certamen musical “Micrófono de Oro” de 1963, llegando a la semifinal, tal como se muestra en esta foto,
Como bien puede apreciarse, los medios técnicos (por ejemplo, los micros) que había en el Gran Teatro de Lugo, eran un tanto precarios. De izquierda a derecha: Pepe Rivas (q.e.d.) y Juan José Sanfiz. En esta formación, Juan es quien llevaba, además de la guitarra, la voz cantante (primera), la cual pasaría a segundo plano, al formar dúo con Hortas. Juan Sanfiz, al igual que tantas y tantos jóvenes aprendices (entre ellos, el mencionado Pepe Osanz), se formó musicalmente con el maestro Tino Prados, un modelo de arte y humanidad, que todo su alumnado siempre reconocerá y recordará…
Volviendo al dúo Juan y Hortas, estos dos músicos “amateurs” supieron adaptarse al nuevo ritmo de la música, formando parte, igualmente, del conjunto “Los Boomerang”, cuyo grupo estaba dirigido por “Pedrito” (Pedro López Ares), con ensayo en el piano que tenía su hermana mayor, ubicado en el piso 2º (frente a mi puerta) del nº 16 de Ramón Montenegro.
En esta foto figuran, de izquierda a derecha: Juan (guitarra solista), Gerardo (guitarra baja), “Sito” (guitarra rítmica) y Hortas (voz y batería), actuando en el Primer Festival de la Canción Estudiantil, mes de noviembre de 1964, celebrado en el Central Cinema. Hubo doble premio y trofeo: primer Premio y pequeña copa para “Los Boomerang” y 1er Premio y copa mayor para el “Dúo Junior’s” (ver página siguiente).
 
Viendo estas imágenes, lamento no haber escuchado y visto en directo a estos y otras/otros artistas que actuaron en el Central Cinema, que también me trae gratos recuerdos (toqué en dos ocasiones: una, con la melódica de la Agrupación Alesandi, en mayo del 64, antes de irme a Suiza, y luego, con los Alesandi Segundos, en julio de 1965).
Esta es la copa-trofeo (gentileza de Juan Sanfiz y su hija Silvia), de perfecto acabado artesanal (aún conserva ese dorado brillo), que obtuvo el Dúo Junior’s. En su interior viene grabado el acontecimiento, con el siguiente texto: “1er  FESTIVAL  DE  LA  CANCIÓN ESTUDIANTIL / 1er CLASIFICADO INDIVIDUAL / (*) Lugo, Noviembre de 1964. DONADO POR JOYERÍA LIRBA
[ N.A: Joyería situada en C/ San Marcos ]
 
(*) Lo de “clasificado individual” hace referencia al “Dúo Junior’s” como un solo componente, aunque se trate de dos artistas cantantes (1ª y 2ª voz).
Las dos canciones interpretadas por el conjunto fueron: “Cuando llegue septiembre” (calypso-rock) y el rock “What d’I Say?”. Mientras tanto, durante todo aquel otoño, “Los Alesandi” seguíamos en la brecha, ensayando con “rigor” musical: la base era la partitura, arreglada por mí, como ya comenté arriba, de la que extraía yo los acordes, para hacerle un librito de “posturas” de guitarra para “Culís”. Sólo tenía los diagramas en la tonalidad DoM-Dom, con un sistema claro para transportar a cualquier tono, con lo cual nos ahorramos explicaciones técnicas. El ensayo tenía lugar todas las tardes, incluso domingos y festivos (con gran resignación de las novias-musa), pero aún no teníamos vocalista… Ah, ALGUIEN muy importante, relacionado con el tema “Alesandi”, fue ELSA, al conocerla en 1964. Ella fue la causa (o la musa) de que yo compusiera un sencillo slow-rock, titulado “Este otoño loco“…
 
Aunque mi relación con ella sólo duró siete días, fue suficiente por la gran motivación que me dio. Un día, mi hermana Rosi me habló del Festival de la Canción de la Paz, a celebrarse en Valladolid. Me dijo si podía componer “algo” para presentarlo al Festival. Le dije que ya tenía una. Pero cuando supo el título original, no le gustó y me sugirió otro: “Cuándo vendrá la paz”, más en consonancia con el nombre del certamen. Aquel día estaba Pedrito en el 2º izquierda tocando el piano. Fuimos a verlo y le explicamos nuestro proyecto musical. Me puse al piano y en cosa de 15 ó 20 minutos reescribí la melodía, letra y bajos; todo ello muy elemental. A mi hermana Rosi le gustó mucho y enseguida, la memorizó. Pero nada más terminar, la música me pareció una copia de otras conocidas y la rompí.
 
Una tarde, mientras ensayábamos, propuse a mi hermana como vocalista. “Los Alesandi” la aceptaron. Al día siguiente, por la mañana (era un sábado), ensayamos un par de canciones con Rosi. Al cabo de un rato, suspendí el ensayo y no tuve reparo en decirle a mi propia hermana que cantaba bien; pero que no se acoplaba al ritmo del grupo. Recuerdo que ella lo asumió, alegando que estaba hecha para cantar a dúo (con su amiga Maribel Fouz).Y era cierto, pues habían cantado con éxito en Radio Lugo. Al día siguiente se lo comenté a Santín y al cabo de unos días, me dijo que ya tenía un cantante, un tal Hortas, que aceptó con la condición de que entrara Juan, su compañero de dúo. Entonces, no tuvimos otra alternativa que prescindir de José Manuel (“Moñoño”), que lo aceptó resignado y casi con buen talante (recuerdo que le oí  cantar mientras bajaba por la escalera) ...
Por la tarde, nos llegaron los dos nuevos “fichajes”, el vocalista José López Hortas, primera voz, y Juan José Sanfíz Ferrería, guitarra solista y 2ª voz.
 
Respecto al citado “Cuándo vendrá la paz”, que había pensado montar con Rosi, pero con nuevo título: “Cuándo vendrás”, lo di por desahuciado, pensando que no era muy apropiado para versión “varón”. Con la entrada del dúo Hortas-Juan, el conjunto “LOS ALESANDI” quedó consolidado. Sin embargo, pasó por un momento difícil, con un tal “Miró”, guitarra rítmica de “Los Cuervos”. Una noche, me lo presentó “Nec”, que lo tenía por buen guitarra rítmico. Javier Miró me hizo una pequeña exhibición de posturas en la guitarra española, a base de canciones de Leo Dan. Tenía soltura; pero los acordes eran simples. Después me sugirió, con cierta audacia, suplir a “Culís”. Pero no acepté, porque, aunque era mejor guitarrista que Carlos, podría haberme dado algunos problemas de dirección, dada mi exigencia musical…
 
Antes de presentarnos al público, una tarde, vinieron a escucharnos unas cuantas “fans”: la novia de Carlos (“Culís”), la novia de “Siso”, más dos pálidas y enlutadas jóvenes. No me lo esperaba. Mientras preparábamos los instrumentos, ellas comentaban un “aviso”, pintado a mano por mí, que decía: “No fumar / Ne pas fumer / No smocking / Rauchen verboten” (esta última frase, la omitieron). Pero, bueno, teníamos unos cuantos números muy bien montados con voces, como “Tú serás mi baby” (Be My Babe), que nos salió bordada. Al terminar, nos aplaudieron con mucho entusiasmo, lo cual nos gratificó mucho, especialmente a los novios. Carlos las acompañó a la calle y, al regreso, Hortas le tomó el pelo, para picarle: “Dios, ¡qué feas eran todas! Bueno, menos tu novia, que está muy buena… jajaja”. A lo cual, “Culís” replicó: “¡Cala, maricón!”… y todos nos echamos a reír. Tengo que decir que, durante los 8 meses que duró el conjunto, nunca hubo “mal rollo” entre nosotros.
Ese buen clima fue la mejor renta que heredamos los “Alesandi”. Bueno, después, con el paso de los años, es posible que alguno se haya vuelto “descastado”; pero esto ya es una cuestión individual, motivada por circunstancias vitales que suelen cambiar a una persona… Al menos, la mayoría de los “Alesandi” (especialmente los primeros) han demostrado su afecto, su ilusión e interés por aquel delicioso pasado. Los últimos días, previos al debut, fueron muy activos. Una tarde, vino Paco Rivera Cela con un magnetofón y nos grabó “Ho capito che ti amo” y “Sapore di sale”. Recuerdo que la primera quedó muy bien, al meterle los bajos de la partitura (que eran melódicos), como si fueran un contrapunto de cuerda. Radio Lugo las retransmitió.
 
A raíz de ello, mucha gente nos felicitó. Mi tío cura, que había venido a pasar la Navidad con mi familia, también las escuchó y me dijo que “sonaban bien”. También, un compañero de “Culís” había comentado que el órgano sonaba “virguero” en el “Ho capito”, al que Carlos, de cachondeo, lo llamaba “O capullo que ti amo”. Una tarde, Gerardo y "Sito” vinieron al local de ensayo y “Culís” les hizo una exhibición de “posturas” en el “Sapore di sale”. Dieciséis en total. Recuerdo bien la escena: “¡Mira… y ésta y esta otra! ¡Ah, no he terminado, y cuatro más!”... En total, fueron 12 acordes.
 
Mientras tanto, Juan y Hortas (el Dúo Junior’s) estaban muy “lanzados” con sus éxitos… En el Teatro Colón de La Coruña, habían conseguido llegar a la semifinal de un modo insólito. En el momento de pasar la prueba (previa) de selección, uno del tribunal les ordenó parar… “Vale, no sigáis. Nada más ver cómo mete acordes el guitarra y cómo cantáis, es suficiente. Parecéis profesionales”. Esas palabras les motivaron mucho.…
 
Esta foto de prensa, que figura al margen, corresponde a la actuación del “Dúo Junior’s” que obtuvo el Primer Premio, en la especialidad de solistas, del Primer Festival de la Canción Estudiantil, celebrado en el Central Cinema, en el mes de noviembre de 1964. Aquí, interpretaron dos canciones: “Española” (un merengue que siempre me recuerda a mi hermana Elena y familia, a la que siempre añoro, en una distancia que dura ya 56 años sin verla… “Española… dame un abrazo de hermana, con alma venezolana…” para que rime debidamente) y “El pecador”, un bolero que el Vaticano debería haber tenido en cuenta... pues era toda una plegaria de arrepentimiento… “Reconozco, Señor, que soy culpable... Sé que fui un pecador imperdonable… Pero a ella, pero a ella, no la dejes sufrir”… Caray, cuánto masoquismo…
 
Bien, libre ya de pecado, continúo… Presidía el jurado, Álvaro Basanta, un joven estudiante de Magisterio, que había contado conmigo, un año antes, para formar un trío musical. Recuerdo haber ensayado en su casa, en el barrio de Montirón. Tocaba yo una melódica (propiedad de la Agrupación Alesandi) y cada vez que Álvaro terminaba de cantar un par de canciones de Leo Dan, salía yo a la calle para “descargar la gasolina”, cosa que a Purita, su guapa hermana, le causaba extrañeza. Siempre recordaré a ambos con afecto. La última vez que los vi, fue una tarde de agosto de 1992, en el Parque Rosalía, en un viaje que hice a Lugo con mi mujer, para visitar a los Fernández y López. En el momento de hacernos una foto, oí gritar ¡Pepito, Pepito! Salí pitando al ver que era Álvaro y su hermana. Por cierto, la foto con los Fernández y López nunca me llegó… Me hubiera encantado recibirla, porque la cámara habría captado a los Basanta, aunque estuvieran algo apartados… Pero en fin, en esta vida, todo es imprevisible…
 
Por fin, el 16 ó 20 de Enero de 1965, llegó el debut de “Los Alesandi”. Tuvo lugar a las 8 de la tarde, en el Salón de Actos de la Casa Sindical... Alejandro Santín lo había dispuesto todo, invitando a la prensa local “El Progreso”, a Radio Lugo para retransmitirlo en directo y al reportero del periódico “La Noche” (de Santiago, que escribió: “Lugo se ha incorporado al mundo de la música moderna – El Club “Alesandi” presentó con éxito sensacional su conjunto”- R. Vilaseca). De paso, había encargado un centenar de cajitas-libro de fósforos, con la estampa de “Los Alesandi”, para repartir entre el público asistente. Antes de iniciar el recital, Santín se dirigió a los medios de prensa y radio, al público en general y tuvo un gesto conmigo… “Todo se lo debemos al director, José Sergio de Cabo”. Pero el Héroe fue él. ¡Gracias, Alejandro!
En esta foto (caja de cerillas: foto Daniel y réplica de Silvia Sanfiz) aparece Alejandro Santín Díaz, posando junto a los “Alensandi”. De izquierda a derecha: “Culís”, “Siso”, Santín, “Nec”, Hortas, Juan y yo (Pepe “Beethoven”). Según puede observarse, el instrumental, pese a su costo (unas 60.000 ptas), era muy precario: un pequeño amplificador para las guitarras de “Culís” y Juan; una batería muy incompleta (al faltarle el timbal base y los platos del charles) y la organeta, que requería un micrófono para poder ser oída. El amplificador de voces “Optimus 120 W,” las 2 columnas de altavoces y los 3 micros (1 micrófono Shure y 2 micros Ronette) no están visibles.
 
En la siguiente foto (de izquierda a derecha): “Siso”, Juan, “Culís”, Hortas, “Nec” y “menda” (Pepe “Beethoven”) saludando al público, al final del debut. También Santín (que trabajaba en Gráficas Bao) había impreso el programa en dichos talleres (estrenado en el Casino, sábado, 23 de enero) que en detalle, era el siguiente:                                                    

PRIMERA PARTE
- Sintonía (El tren de las 4:50)
- Quinientas  millas (solistas)
- Sapore di Sale
- Ciudad solitaria
- Si encuentras a mi amor
- A Hard Day’s Night (The Beatles)
- Hasta luego, corazón.

SEGUNDA PARTE
- Si yo canto
- Ho capito che ti amo
- Tú serás  mi baby
- Te han visto con otro
- Calcuta (final)  (*)
 
(*) Calcuta, la interpreté yo con una pequeña flauta de plástico color verde, obsequio de Piñeiro, cabo 1º del Regimiento de Infantería Zaragoza nº 12, en Santiago de Compostela. El debut salió tan bien que, al terminar, “Nec” se puso en pie y gritó: “¡ahí queda eso!”. Sin embargo, podría haber quedado deslucido en la 1ª Parte, al desatornillarse el mástil de la Hohner de “Culís”, ¡puf!
Aquella actuación en el Casino de Lugo fue un vacío de audiencia, pues concurrieron al recital muy pocas personas (no llegaron a una veintena). Pero no fallaron las novias de “Siso” y “Culís” y una de las enlutadas. Igualmente asistió la novia de Juan. Mis padres también estuvieron presentes. Recuerdo que a mi madre le había comentado un portero: “Señora, estos chicos suenan tan bien o mejor que los mismos Be-atles” (el cándido señor no sabía inglés; pero tenía oído musical). Otro “fan” del grupo era Manuel, hermano menor del poeta Arcadio López Casanova. Todavía hoy recuerdo su opinión: “Sí, señor… se nota que cantáis en inglés”. Tan agudo comentario significaba mucho para nosotros, ya que la mayoría de “rockers” hispanos simulaban un inglés espurio, aparte de no saber lo que decía la canción inglesa. También asistió el Sr. Bao, para el que interpreté, después del recital y a petición de Santín, el pasacalle “Valencia”, de José Padilla.
Pero la gran actuación de “Los Alesandi” primeros, presentados por Paco Rivera Cela, tuvo lugar el 6 u 8 de Marzo en el Salón Regio del Círculo de las Artes. Lleno total. Para esta ocasión, empleamos mes y medio para montar CINCO números más: el 1º fue “Telstar” (tras la sintonía, “El tren de las 4:50”, con las luces apagadas), mientras yo contaba en inglés el despegue… four, three, two, one, zero!
Las otras 4 fueron “Conocerte mejor” (I should have known better), “¡Oh, mi  Señor!”, “Please, please me” y “Twist and Shout”, que cerró la 2ª parte, con el griterío (“shout”) de las jóvenes “fans” sentadas en primera fila, a las que un bedel puso “en orden”...
 
Antes de esta exitosa presentación, “Los Alesandi” habíamos tocado en Vivero, en la sala “Chipe”. Como teníamos escaso repertorio, tuvimos que  improvisar varios números bailables, a base de cuanto yo recordaba. Sobre la marcha les iba diciendo, a voz en grito, la tonalidad y algunos acordes... Fue la primera salida “profesional”. Luego, actuamos en el Círculo Recreativo de Betanzos (Coruña), con un público mayoritariamente femenino. Recuerdo que una joven se acercó a Hortas para pedirle. “Ma vie”. Pepe, siempre atento y un tanto bromista, le dijo: “No la hemos ensayado, pero si la sabes, súbete aquí y la cantas. La pálida cara de la joven “fan” se puso roja como un sabroso tomate. ¡Oh!.
 
El repertorio fue ampliado… “Ma vie”, “El amor”, “Que te deje de querer”, “La yenka”, “La casa del sol naciente” (la habíamos oído en Bazar Radio Meilán), “Boys”… Esta última prometía ser un número fuerte, tanto que José Luis, hermano de “Culís”, al escucharla durante un ensayo, dijo: “La oigo mucho en Madrid y os sale virguera”. Sin embargo, nunca la estrenamos. Fue una lástima, porque el coro era sencillo y muy efectivo. Una noche, durante un ensayo, “Siso” discutió con Santín (el problema venía por parte de su padre, que le había conminado a dejar “la música”) y abandonó el conjunto (”Perdimos un fino bajista”, comentó  Hortas, después), siendo reemplazado por Osanz que, en poco tiempo, se acopló al grupo…
Sin embargo, “Siso” coquetearía con “Los Bumerang”, el grupo de Pedrito. Creo que al irse, se sintió más libre de mi rígido ensayo, pues había comentando: “es que Pepe es muy técnico”. No obstante, me gustó su crítica, ya que confirmaba un aserto: el oído musical, por muy bueno que sea, salvo el absoluto (muy raro) nunca es tan fiable como la nota escrita. Ni siquiera, aquellos primeros tocadiscos eran fieles a la tonalidad original; pues el sonido emitido subía casi un semitono, lo cual dificultaba captar bien ciertas notas o intervalos...
 
En esta foto-spot (como la anterior, en la pág 16), podemos ver al nuevo bajista Pepe Osanz (2º a la izquierda), recomendado por “Toño” Iglesias Nécega, compañeros ambos en el grupo “Los Tunos”… citados más arriba, con el cual me entrevisté, a la salida de la Escuela de Comercio, donde también estudiaba. Ahora recuerdo una mañana, que estábamos en el bar Monterrey... cuando en el juke-box sonó el “I’m happy just to dance with you” (de Los Beatles). Tanto a mí, como a Pepe Osanz, nos “encantó” la estructura del bajo, entre melódico y rítmico.
 
Aquella misma tarde empezamos a ensayarla. También montamos otra de los Beatles, que habíamos escuchado en el Monterrey, “P.S. I love you”. En los primeros meses del año 1965 nos visitaron “fans”, como la personal y guapa periodista Adela Hervera y Manolo Chao (nacido en Sarria) que en el otoño del 67, vino a verme a León, estando yo con el conjunto “Los Ojos Negros”. Pepe Osanz debutó el 2 de abril con “Los Alesandi”, en el Teatro Lemos, de Monforte y a últimos de abril o primeros de mayo, en la pista del bar Monterrey.
En la foto, Osanz es el primero a la izquierda, “Nec” (no visible) está a su derecha. Tampoco aparece Hortas, que descansaba en ese instante, mientras el conjunto tocaba una pieza instrumental. La sesión era de noche (para una cena) y recuerdo bien que allí estaba presente doña Alicia… la muy atractiva profesora de música, que me miraba con atención (me conocía) y también, en el público, estaban presentes algunos conocidos locutores de Radio Lugo,